Investigamos las tendencias, imaginamos las implicaciones de éstas, creamos los escenarios y, a partir de esto, ayudamos a planear estratégicamente y a tomar decisiones informadas hoy mismo.
En un mundo cada vez más conectado (y quizá más inestable), es importante entender la influencia de las acciones y decisiones de los demás sobre nosotros y cómo cada una de éstas provoca un futuro diferente. Es por esto que las organizaciones no deberían sólo fijarse en la competencia, sino verse como parte de un gran sistema.
La innovación se suele construir a partir de la reacción a algo que ha ocurrido fuera de nuestro control. Se suele percibir el trauma como un permiso para innovar. Al fiarnos de esta metodología, nos distraemos del resto de industrias que nos rodean, y perdemos la capacidad de ir más allá de la oportunidad de la catástrofe de ayer.